2017 02 Linza - Mesa Tres Reyes - Esquí travesía

ESQUI TRAVESÍA

LINZA -  Mesa de los tres reyes


El fin de semana del 12 y 13 de febrero de 2017, estuve con Tony en el refugio de Lynza

El viernes 11 de febrero salimos Tony y yo hacia el pirineo oscense bordeando con Navarra, al valle de Ansó, con ganas de empezar la temporada de esquí de travesía. El destino era la zona del refugio de Linza, con idea de subir los picos de Mesa de los Tres Reyes, Pertrechema, Archerito, Ginebral de la Gineta, una vez allí decidiríamos a que pico subir. 

  Para evitar subir por la noche al refugio de Linza, por si acaso la carretera estaba nevada, dormimos en el pueblo de Isaba que está a unos 45 minutos del refugio.

El sábado empezamos a las 8:30 con la intención de subir a la MESA DE LOS TRES REYES.

En el refugio hay unos 50 cm de espesor aunque algunas laderas se ven peladas por el viento. Saliendo en dirección noreste el camino inicialmente no tiene pérdida, simplemente vamos ascendiendo por la ladera, al otro lado del valle se ve el camino que sube a las Foyas del Ingeniero y el Archerito.

Al pasar por debajo del collado de Lynza el camino se bifurca, en dirección este sigue al Pertrechema y en dirección N desciende para llegar a la Mesa de los Tres Reyes. Aunque solo baja algo menos de 100 m merece la pena quitar pieles para bajar a la hoya de La Solana. Desde aquí tenemos que coger el camino de subida por el valle más al Norte justo por debajo de las paredes del Budoguía. Aquí nosotros nos equivocamos y tuvimos que volver a bajar para coger el camino correcto.

 

Ya en el camino de subida nos juntamos con Arkaitz, un vasco que iba solo y que haceaños ya había subido, aunque estaba tan perdido como nosotros. Las últimas rampas se hicieron algo empinadas con ,que ascienden a media ladera. Hasta que antes del collado dejamos los esquís para seguir con los crampones y el piolet.

La subida desde el collado se hace con nieve dura, al principio progresamos con piolet bastón, pero en seguida el terreno se inclina y tenemos que clavar el piolet tracción y subir clavando únicamente las dos puntas frontales de los crampones.

Llega un momento en que Arkaiz que lleva un bastón piolet sigue hasta la cumbre, pero nosotros con un solo piolet no nos atrevemos y decidimos renunciar a la cumbre. Viendo a la vuelta las fotos nos damos cuenta que en esta ocasión hay mucha nieve y que la ruta normal de ascenso, que va por las palas Sur, están cargadas con mucha nieve lo que nos obligó a elegir la ladera Oeste mucho  más vertical y con resaltes de hielo.

Desde el collado bajamos hasta la Hoya de La Solana y en vez de hacer el camino de ida subimos un poco al collado de Linza para así aprovechar alguna bajada. Hubiera sido mejor subir a la Paquiza de Linzola, pero eran las 16;30, el recorrido había sido más largo de lo que pensábamos y no quisimos arriesgar a que se nos hiciera de noche.

Al llegar al camino de subida decidimos cruzarlo y seguir bajando para no tener que hacer travesía a media ladera y así poder seguir bajando hasta lo que sería la cabaña de linza. Llegó un momento un poco delicado, sobre todo para Arkaiz que no se defendía muy bien con los esquís, en que el terreno se empinaba hasta tal punto que no se veía el final de la pendiente. Finalmente cogimos el camino y nos dejamos caer hasta el refugio.

Al día siguiente amaneció nublado y con mucho viento, pero ya que estábamos allí salimos a ver hasta donde llegabamos.

Cogimos el camino que cruza la pista de fondo y siguiendo los carteles sube por el camino que inicialmente es una pista forestal entre árboles hasta que empieza a estrechar y llega un momento que tenemos que atacar la pendiente haciendo zetas.

Al llegar al Barcal de Linza, la ladera se queda desprotegida del bosque y ante el riesgo de aludes de colada, por precaución, la bajamos hasta el fondo del valle para volver a remontarla antes de la subida por el collado, cuando volvemos a subir hasta la cota del  camino, según habrías huella se cortaba placa y se deslizaba por lo que viendo que no íbamos a llegar a ninguna cumbre, por las rachas de viento que te tiraban, y el riesgo de caernos con algún alud de placa, nos dimos media vuelta y aprovechamos para volver pronto a casa sin ningún susto.